Uno de los mayores retos al que nos enfrentamos a diario las lavanderías industriales en Parla es el de conseguir un blanco puro en las mantelerías y juegos de cama que tenemos que limpiar a diario. Del grado de pureza que consigamos puede depender que alguno de nuestros clientes decida probar con otra empresa buscando un blanco más puro para la ropa de su hotel.
En este aspecto, por lo general, es más sencilla la limpieza de la ropa de cama
que la de las mantelerías. Salvo excepciones muy contadas, la mayoría de los
juegos de sábanas que llegan a las lavanderías industriales en Parla, no tienen grandes manchas y, cuando las
hay, no son precisamente de las más difíciles de eliminar. Sin embargo, en el
caso de las mantelerías, la realidad es bien distinta: manchas de vino, de
grasa, salsas variadas, chocolate, cremas… Podríamos decir que cada envío de
colada es un catálogo completo de manchas difíciles.
Es precisamente sobre este tipo de manchas donde tenemos que poner toda nuestra
experiencia para conseguir el mejor resultado. A veces será suficiente con
mantener en remojo la mantelería en una solución con agua oxigenada o
bicarbonato sódico. A menudo, basta con un par de horas para que desaparezcan
todas las manchas. Otras veces es suficiente con introducir en la lavadora una bolsa de
tela con un par de limones cortados a la mitad. Un método también muy eficaz
consiste en añadir en la lavadora, durante el ciclo de aclarado, un buen puñado
de levadura seca.
Hay muchos sistemas para conseguir ese blanco puro, pero, por mucho que te
cuenten en la televisión, lo que nunca debes hacer es utilizar lejía. A la
larga, y es algo que comprobamos hace tiempo en Lavandería Industrial Robila, la ropa se vuelve amarillenta,
especialmente si en su composición interviene el poliéster.